Seguro que más de una vez te has encontrado con alguna manchita nueva en la piel y te has preguntado: «¿De dónde y cuándo ha salido esto?»
Las manchas en la piel son muy comunes, y pueden aparecer por mil razones: el sol (¡sí, el sol es un culpable importante!), cambios hormonales, la edad, o incluso alguna que otra cicatriz. De hecho, esas manchas oscuras que salen tras una quemadura o granito se llaman hiperpigmentación, y se deben a que la piel produce más melanina (el pigmento que nos da color) en respuesta a la agresión que ha sufrido.
¿Y qué hacemos con ellas? Bueno, hay varias formas de tratarlas. Desde el protector solar (¡nunca subestimes el poder del SPF!), hasta cremas despigmentantes y peelings.
Pero ojo, que no todas las manchas son iguales, así que, si tienes una mancha que crece de forma rápida, pica o cambia de color, lo mejor es ir al especialista en dermatología para que le eche un vistazo.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que las manchas son parte de nuestra piel y muchas veces cuentan historias: como ese día que olvidaste aplicarte el protector solar en la playa o la época del acné adolescente. ¡Lo importante es cuidarse y estar atentos!
